En el BayArena hubo fútbol de alto vuelo y goles de todos los colores para que el local mantuviera los tres puntos tras derrotar 4 a 3 al Borussia Dormund.
Por Camilo Sarro
El
BayArena se vistió de gala para presenciar uno de los partidos más atractivos
del fútbol alemán. El local, Bayern Leverkusen y en la vereda de enfrente, el
temible Borussia Dormund que llenó las gradas del estadio con una amplia
compañía de su famosa hinchada.
La noche se ponía cada vez más fría y la gente se aglutinaba de gran manera en las adyacencias del estadio, porque nadie quería perderse el duelo. Fútbol europeo en estado puro, hinchadas juntas, cervezas dentro del estadio y también los infalibles currywrust. Todo el colorido para albergar el duelo estelar que tenía por un lado al escolta del Bayern Munich que llegaba para pelear el certamen hasta el final y a su vez, los rojinegros que soñaban con los tres puntos que los mantuviera en el lote de los de arriba.
En
la previa, bullicio infernal de las dos hinchadas. El Bayern Leverkusen con su
tradicional himno que bajaba de las tres tribunas, y el Borussia Dormund con
una salida impactante con bengalas y fuegos de artificio. En cuanto al juego, de
arranque, pelota al piso de lado a lado y presión alta para ambos conjuntos en
la salida. Sin embargo, el marcador se abrió a los 20 con una gran definición
de Kevin Volland. 1 a 0 para el Leverkusen y el Dormund que reaccionaría rápidamente
con un testazo de Mats Hummels, ganando en las alturas. Minutos más tarde,
llegaría un golazo de otra dimensión. Emre Can sacó un zapatazo que se coló en
el segundo poste del arquero local y el Dormund daba vuelta el resultado. No
obstante, al descanso se irían 2 a 2 porque otra vez el goleador del Bayern
Leverkusen igualaría las acciones. Nuevamente Kevin Volland, quien cosechó un
rebote en el área sobre la agonía de la primera parte.
En el complemento no cesarían las emociones y la temperatura del BayArena se elevaba constantemente. Kai Havertz tuvo el tercero del local en sus pies, pero el palo se lo negó y en esa misma jugada, el Dormund consiguió el tanto del portugués Guerreiro. 19 minutos del segundo tiempo y el visitante ganaba 3 a 2 y manejaba los hilos del partido. A su vez, también se perdió situaciones inmejorables, entre ellas una increíble del inglés Sancho. Sin embargo, no mató al Leverkusen y el local, con el orgullo herido, fue por el milagro.
lámpara y asistió magistralmente a Volland que fue interceptado por Hummels, y finalmente la pelota le quedó boyando a León Bailey para anotar el 3 a 3. E incluso había tiempo para un gol más, porque solo le bastó un minuto más al Leverkusen para agobiar a su rival tras el saque, forzar un tiro de esquina y convertir el cuarto gol. Toque corto para que se pierdan las marcas en el área y anticipo letal del capitán local. Lars Bender y un cabezazo inolvidable para un partido épico que quedará guardado en el corazón de todos los presentes.
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