Sabían que algún día iban a volver

Se estrenó en la Sala Amigos del Arte la adaptación rosarina de  la obra teatral de Santiago Moncada: "Brujas"

Lara Le Bihan 

Natalia Balbiani, Silvia Martín, Teresa Mitelberg, Raquel Moya y Graciela Rolla protagonizaron la adaptación de la obra teatral "Brujas" el 13 de octubre a las 21 en la Sala “Amigos del Arte”, en homenaje a Santiago Buzzi.

Natalia Balbiani, Silvia Martín, 

Teresa Mitelberg, Raquel Moya y Graciela Rolla

Cerca de las 20.30 los espectadores comenzaron a llegar a la sala (3 de febrero 755). Sacarse el abrigo fue lo primero que todos realizaron al ingresar, la temperatura dentro del edificio era considerablemente mayor que la del exterior. La siguiente parada se encontraba al final del estrecho pasillo seguido a la puerta de entrada; una señora muy amable entregaba en mano las entradas al evento, las cuales habían sido reservadas con anterioridad.

Los concurrentes se acumularon progresivamente en el hall, y 15 minutos después de la hora estipulada ingresaron en la Sala principal. Las sillas organizadas en filas fueron ocupadas por un público integrado principalmente por familias.

Media hora después inició show. Las protagonistas aparecieron de a una en el pequeño escenario. Representaban a cinco amigas, ex alumnas de un colegio religioso, quienes se reencontraban 25 años después de su graduación. A lo largo de la noche, copa tras copa, se dieron cuenta de que no todo seguía igual y que el vínculo que las unía no era tan sólido como creían. Confesiones sobre el pasado y el presente cambiarán esos lazos para siempre.

Afiche promocional de la obra

Los temas que atravesó la obra dirigida por Raúl Marciani fueron la rutina, el matrimonio, la sexualidad y los secretos. Cada una de las mujeres mostró su realidad: Elena, la anfitriona, casada con un alto ejecutivo que la engaña; Dolores, una exitosa escritora bohemia; Luisa, una prostituta “de lujo”; Inés, “la tonta” del grupo; y Ana, una abogada con un matrimonio conflictivo.

La adaptación de Luis Agustoni provocó en la audiencia variadas emociones, pasando de la risa a la melancolía. Las actrices se retiraron del escenario entre aplausos y gritos de felicitaciones, aunque la escena final dejó un puntapié para una reflexión que trascendió la presentación: “¿Realmente somos felices?”.