Tango + Jazz, una ecuación que no puede fallar

Se iniciaron las sesiones en vivo de ambos géneros en el teatro "Amigos del arte".

Juan Biet

El teatro “Amigos del arte”, ubicado en la calle 3 de febrero de la ciudad de Rosario, fue el anfitrión de un espectáculo sin igual. Se trató de una noche de expresión, acordes y pasión. Un trío de guitarras y un cuarteto de jazz brillaron en el evento de un atípico frío jueves de octubre.

La expectativa roja

Un telón rojo bloqueaba la trayectoria visual que cada uno de los presentes ansiaba completar. ¡Maldita tela! Sin embargo, esta bronca parecía ser interna, debido a que los asistentes aparentaban pasar un agradable momento, acompañado de una exquisita lista de canciones. En cierto momento, las luces se atenuaron y el sonido de los parlantes comenzó a desvanecerse en un aire que, lentamente, era llenado por guitarras siendo afinadas, oriundas de un espacio desconocido, detrás del telón.

Así como una carrera entre una hormiga y una tortuga fue la manera en la que el telón, desde el piso hacia el techo, fue abierto. Se trataba del trío, compuesto por Julián Cicerchia, Martín Tessa, y Javier Ramírez, quienes indicaron que interpretarían canciones de tango y milonga. Pieza tras pieza, un brillante talento fue desplegado en los oídos de todos los que habitaban la sala. Las guitarras vibraron simultáneamente, al compás de los zapateos en el brillante suelo de madera y los aplausos invadieron el teatro al término del trío, los cuales le cedieron el espacio a la segunda banda.

Gustavo Telesmanich Cuarteto

Al cabo de unos minutos el cuarteto de jazz se presentó y rápidamente interpretaron canciones de compositores como Herbie Hancock y Thelonious Monk. Sobre el escenario podían divisarse una batería, un contrabajo, una guitarra eléctrica y un saxofón, instrumentos que venían acompañados de sus respectivos propietarios y usuarios, llamados Gustavo Telesmanich, Facundo Aride, Federico Riva y Charly Samamé. Estos fueron los nombres encargados de cerrar un espectáculo de ensueño.

La sesión en vivo de tango-jazz y la inmejorable calidad de músicos generó un gran alivio, proveniente de la revitalización de una esperanza que sigue añorando los latidos de la buena música.