Por Malena Ponce.
La música es arte y los que alguna vez fueron parte de La
Casa De La Música lo tienen en claro. Afuera del bar La Favrika ya hay
familiares y amigos esperando. Los acompaña una noche ideal de verano, con una
brisa suave que calma el calor y la humedad típica de la región. Adentro,
Luciano Kolmann, acomodando los últimos cables y con su guitarra colgada de un
hombro, prueba el sonido para que hoy todo salga perfecto.
El bar La Favrika visto desde el fondo, con Luciano Kolmann, profesor de guitarra y canto, sobre el escenario. |
Las puertas se abren, la gente se sienta y empieza el show.
Se pueden sentir los nervios de los principiantes, se huelen perfumes y
comidas, se ven caras conocidas. Se escuchan risas y cubiertos, mientras los
primeros pedidos corren entre las mesas, desde el micrófono se da comienzo a la
muestra y se presenta la primera canción. El cover de "No Surprises"de Radiohead llega a cada rincón del bar con su particular brillo, suave y
delicado, de una canción "para que cortarse las venas", como decían
por ahí. Los aplausos inundaron el lugar al finalizar la canción, y sacaron las
primeras sonrisas.
Van pasando las canciones. “No Te Alejes Tanto De Mí”, “Lo QueSangra”, “Creep”, “No Rain”. Los nervios se convierten en desahogos cada vez
que alguien sube al escenario. El turno de los más pequeños
llegó. Joaquín, en la batería, y Valentino, en la voz, dieron un espectáculo inigualable.
“Zafar” hizo que las manos no alcanzaran para aplaudir. Debe ser por eso que
también lanzaron gritos y silbidos. Más tarde se escuchará decir a uno de los
bateristas: “Estos chicos se llevaron todos los laureles” sonriendo y admirando
su último tema.
Así es como se cierra el año para
estos chicos. Sonrisas, buena música, algo de cerveza para festejar. Año tras
año, las muestras de La Casa De La Música nos brindan un show increíble. Incluso,
ya se empieza a palpitar el 2019 con ansias.
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