miércoles, 4 de diciembre de 2013

Por la carretera: Manu Chao llegó a Rosario

Por Marina Alonso

El cantautor francés Manu Chao llegó a Rosario el 28 de noviembre para presentarse en el salón Metropolitano e hizo vibrar con sus temas a la multitud que lo acompañó.




Manu Chao el 28 de noviembre en Metropolitano/Por Gastón Valdez


Manu Chao golpea con el micrófono su pecho (del lado del corazón) y suena como si sus latidos amplificados vibraran en el inmenso salón Metropolitano. Transmite lo que siente, su música en vivo es energía en estado puro que sale de su cuerpo, viaja hasta la muchedumbre, que a las 21 estaba apostada en la puerta, tal como lo especificaba la entrada, colectivo humano que le devuelve esa energía multiplicada, en pleno feed-back. Sus tres secuaces de La Ventura también lo experimentan, una incontable cantidad de espectadores (tanto los que participan activamente hasta los que prefieren bailar haciendo la suya en un lugar menos ajetreado) están viviendo la misma sensación. En este punto se entiende el por qué del éxito de este grupo en su performance: la gente entiende que la brecha entre los de arriba del escenario y los de abajo no existe, Manu y sus compañeros bien podrían tranquilamente ser uno más de esos cuerpos exaltados yendo y viniendo en el epicentro del pogo.
Pero el clima festivo comenzó a asomarse mucho antes que el cuarteto salga a escena cuando la banda local La Semilla y sus Narices, armó una buena previa con su set de pocas canciones pero efectivo, con temas como “Muchacha del sur” o “Pachamama” que generaron una atmósfera de peña encendida cuando al ritmo de un carnavalito, unificaron en una ronda gigante a muchas personas tomadas de la mano y bailando fraternalmente.
Mientras los encargados de organizar el asunto de las afinaciones de un conjunto de guitarras y los detalles finales de iluminación e instrumentos hacían su trabajo, el Metropolitano comenzó a mostrarse superpoblado de un momento para otro. La escenografía incluía un telón colorido que expresaba consignas en contra de Monsanto y de la megaminería, e imágenes (como la bicicleta de Pocho) que habla del conocimiento y el compromiso del artista por difundir valores y conciencia social inherentes a la realidad que se vive en nuestra ciudad y en el país.
El sound system de Radio Bemba no paró de transmitir su frecuencia de variable intensidad durante toda la noche (incluso cuando los músicos abandonaban las tablas durante minutos en un par de ocasiones). Se engancharon enseguida “Se fuerza la maquina” y “Día luna día pena” y las palabras inmediatas de Manu Chao sintetizaron el calor que se sentía en el Metropolitano: “Gracias por el ambiente”.
La Ventura, además de aportar una base de bajo poderosa en manos del músico Gambeat, lanza sampleos que caracterizan las composiciones de Manu Chao, quien formó este proyecto en el año 2011. Éstos van desde sirenas de patrulleros a locuciones de estación de tren. A su vez es la voz que además de coros anima como un agitador de masas y constantemente sostiene en alto los niveles de energía y mantiene al público arriba. En la consistencia y precisión del baterista Philippe Teboul se apoya otra de las columnas del cuarteto que tiene al parisino Madjid Fahem Magic en la guitarra.
En medio del calor del Metropolitano (que a más de uno dejó sin aire) pasaron, continuados, fragmentos entremezclados de “Bongo Bong”, “Machine gun”, “Desaparecido” y “Por el suelo”, cargados de electricidad y cerca del desenlace del espectáculo un set de rumbas y folclore gitano se plasmaron con guitarras electroacústicas en canciones como “El viento”, “La despedida”, “Minha galera” o “Mala vida” que permitieron lucirse con sus solos al guitarrista. Cuando la transmisión de Radio Bemba parecía llegar a su fin, después de un despliegue y una entrega por parte de los cuatro músicos que no es muy común de observar, ofrendaron en retribución a su publico una despedida con “La vacaloca” y se retiraron con tanta felicidad que parecían no querer terminar mas y continuar con el festín hasta quedarse sin fuerzas. 

"Gracias por el corazón”, repetía Manu Chao con felicidad, los integrantes de la banda experimentaban la misma sensación de euforia y su gente se mostró satisfecha por un excelente show.

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