En lo que resta del año, la banda se prepara para una nueva
gira por Brasil y Chile, gran Buenos Aires y el interior del país.
En pleno ritual, La Vela Puerca llena de agua el redoblante salpicando al público. Créditos: Planeta Velero.
La noche del sábado 9 de noviembre, miles de fanáticos se
encontraban expectantes en la puerta del Anfiteatro Municipal en la ciudad de
Rosario. Dos horas antes a puros cánticos, con la emoción de quién espera a su
banda preferida. La última vez que La Vela Puerca se presentó frente al público
rosarino fue en el recital solidario para los damnificados de la tragedia de
Salta 2141, que si bien el repertorio de temas fue acotado, contó como
oportunidad para disfrutar de los uruguayos. Un público en su mayoría joven y
enérgico, que de a poco iban copando el predio con banderas y trapos, fieles no
sólo de “La Vela” sino también de los teloneros Efecto Tyndall y Vendetta –directo
desde España-. La calavera característica de la banda y las frases más
predilectas de las canciones fueron los elegidos para simbolizar el evento.
Programado para las 21, los rosarinos de Efecto Tyndall
arrancaron con algunos temas para entretener a la multitud. Vendetta, banda
amiga de La Vela Puerca, siguió con su ska pegadizo animando a todo el
auditorio con “Time for freedom”. La euforia era inevitable, y cada vez se
hacía oír más el clásico “Vamos La Vela de mi corazón”.
A las 23 llegó el momento esperado por todos, el verdadero
show de la noche. El Enano y compañía eligieron temas del disco “Piel y Hueso”
para dar comienzo a un seguidilla que no tendría descanso. “Sobre la sien”, “Y
así vivir”, siguiendo con otros viejos como “Colabore” y “Haciéndose pasar por
luz”, el público exaltado gritaba y cantaba como quien sabe la canción de
principio a final. Los artistas saludaron a la gente y no dejaron pasar una
frase que les habían dedicado en la última presentación: “Ésta es tu casa,
podes volver nos dijeron la última vez, así que acá estamos”. Y así fue. Siguiendo
con un Sebastián Teysera –apodado El Enano- que dejó su guitarra y se soltó aún
más, el público se entretuvo con las típicas bromas y bailes entre Cebolla y El
Enano en temas como “Todo el karma”, “La Teoría”, “Se despierta” y “Polidoro”. Infaltables
fueron los clásicos, justo en el momento en que el público los pedía el grupo
entonó “Zafar” pero, como acostumbran generalmente, dejaron de tocar y se
sentaron a escuchar como cantaba el auditorio
Ya cerrando el show, "Potosí", "Llenos de
magia" y "Por la ciudad" movilizaron al público con el tradicional
pogo. Teysera y una versión melancólica de “Para no verme más”, en compañía de
su guitarra y una trompeta, sonaron en el mismo instante en que la lluvia de un
sábado tormentoso comenzaba a mojar al Anfiteatro, marco que le puso el broche
de oro a este gran show al son de "El profeta", con el que se irían
despidiendo de Rosario y sus incondicionales fanáticos.
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