Tras una ola de femicidios, diez asesinatos en
menos de una semana, las mujeres se volvieron a organizar y en menos de cinco
días se realizaron marchas en distintos puntos del país.
El pasado
miércoles 19 las calles de Rosario se vistieron de negro. Alrededor de quince
mil mujeres marcharon bajo la consigna “Ni Una Menos”, una vez más. Y
este fue sólo uno de los focos de protesta. Luego del Encuentro Nacional de
Mujeres y sus repercusiones, y después de varios femicidios (el más conocido
fue el de Lucía Pérez, una joven de 16 años que fue asesinada por tres hombres,
la empalaron) las mujeres volvieron a gritar.
La
convocatoria era clara para la ciudad de la Bandera: A las 18 en la Plaza San
Martín, todas vestidas de negro. Y así fue. El lugar de encuentro se fue
llenando de personas vestidas de luto, algunas con carteles, otras con
redoblantes, otros con banderas políticas, y muchos paraguas. El día acompañaba
la ocasión. Pasada la hora acordada, se empezó a marchar hacia Tribunales.
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| La Plaza San Martín se colmó de personas vestidas de negro. |
La marcha se desarrolló de forma tranquila pero ruidosa, atravesada por cantos y batucadas. Al
avanzar sobre Bv. Oroño, la marcha chocó con la cotidianeidad de aquellos que
no asistieron, autos varados tocando bocina, gente asomada en los balcones de
los edificios y personas que se paraban para tomar fotos con sus celulares. Las
mujeres se hicieron escuchar. Al llegar a destino, muchas agrupaciones
políticas se concentraron frente a la puerta de Tribunales exigiendo a través
de cantos que se declare Emergencia Nacional. Además, se realizó una
intervención artística que consistía en varias chicas simulando estar tiradas
en el piso dentro de bolsas de consorcio. Esto impactó a todos los presentes,
pero refleja una realidad, las están matando. La lluvia no detuvo los reclamos
y la concentración se extendió hasta pasada las 21.
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| Las asistentes de la marcha llenaron las calles con carteles reivindicando a la mujer y sus derechos. |
Marchas
como las de ese día reflejan el poder organizativo cada vez mayor de las
mujeres y sus ganas de reclamar por sus derechos y por sus vidas, en un contexto
en que la violencia de género se hace notar cada día más. Violencia que quizás
se venía desarrollando hace muchos años, pero a la que las mujeres cada vez más
conscientes de su rol en la sociedad decidieron decir “basta”.
Créditos:
Juliana Pérez
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