lunes, 30 de octubre de 2017

Lloverá y volverán

la conocida banda española ofreció un show en Rosario , en donde la alegría y festejo que los caracteriza estuvieron presentes. Este fue el show que dió fin a su gira “Revulusiu”.
Yasmila Lukasiunas.

Miki Florensa, miembro de la banda en el recital.
El reloj marcaba las 23 y el conocido boliche “Pugliese” aún no abría sus puertas. La lluvia acompañó los 20 minutos de espera en las veredas del lugar. Los fans no llegaban a las 200 personas pero sus ansias y emoción equivalía a una multitud. Es espacio así se convertía en una gran familia en donde no se paraba de conversar. “La Pegatina” brindó su tercer recital en Argentina en lo que va de su carrera comenzada en el 2003, y el lugar elegido fue Rosario.
Entre la muchedumbre podían hacerse notar. Con remeras naranjas y verdes los miembros de la banda española se acercaban a sus fans quienes los recibían entre flash, banderas y algunos cantos alegres. La espera llegó a su fin y las luces asomándose por entre las puertas dieron paso a los escalones que dirigían al esperado lugar.
 
La barra al fondo y las paredes de negro, un espacio amplio con un escenario a frente elevado un par de metros. Los instrumentos acomodados entre los que la trompeta, el acordeón y la

Foto de La Pegatina con algunos seguidores 
guitarra sobresalían. Una explosión llenó de confeti el lugar y los acordes de Lloverá y yo veré invitaron a los presentes a empezar a saltar. Un recorrido por sus discos ofreció canciones como Y se fue, Me gustas tú o Muerdeme entre otras. Los minutos parecían correr y las dos horas por las que se extendió el espectáculo pasaron rápido. Las luces bajas generaron el clima para la penúltima canción. Una mirada abrió paso a unir dos países, contar lo que tanto en España o Argentina se vive con la forma de política definida como corrupta y la descripción previa a la canción cedió unos segundos de reflexión. Una mirada comenzó a sonar.
Al ritmo de Maricarmen la banda se despidió, sin antes regalar al público las púas de las guitarras, los palillos de la batería y la remera con la inscripción de la misma en letras blancas sobre un fondo azul. Así finalizó un encuentro que tardará mucho en volver a suceder, el futuro regreso de la banda es incierto pero la alegría de los presentes perdurará hasta que el acordeón y la guitarra se preparen para otro recital.





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