miércoles, 12 de noviembre de 2014

Dichosos los ojos que lo ven

El Estudio de Danza “Paulina Kucic”, brindó un show a los ciudadanos de Reconquista haciendo una interpretación de la película Cabaret, que contó con la participación de todas sus alumnas.


Por: Sofía Aranda

En la cálida noche del viernes 31 de octubre, la ciudad se reunía para dar comienzo a otro de los tantos espectáculos que ofrece Paulina en el Teatro Español, invitando a la comunidad como todos los años.


El baile que dio comienzo al show.
El Teatro Español recibía a los espectadores con las puertas abiertas de par en par dando entrada a una gran ante sala repleta de folletos y fotos de los ensayos, donde una de las organizadoras del evento brindaba explicaciones acerca de lo que luego se iba a ver en el espectáculo.

La sala contaba con aires acondicionados debido al calor, de todos modos las puertas que daban a la calle se encontraban abiertas al público. El lugar estaba ambientado como la película Cabaret. La gente del servicio de catering ofrecían aperitivos a los espectadores, gran parte de estos eran familiares o allegados a las bailarinas. A pesar de ser una típica noche de verano, con todo lo que eso implica en Reconquista, la gente se encontraba sonriente, alegre y entusiasmada por lo que iba a ver. Padres orgullosos se llenaban de palabras de elogio hablando de sus hijas, que una vez más lograban unir a la ciudad en un agradable evento familiar.

La previa del show duro aproximadamente media hora y, cuando se hizo el horario prometido, muy puntualmente, se abrieron las puertas que daban a la sala principal y dos empleadas de la academia comenzaron a recibir las entradas dando indicaciones a las personas de donde debían ubicarse.

Una vez sentados en las butacas de cuero rojo que presume el teatro, se podía observar detenidamente toda la decoración del escenario y los alrededores, también a las profesoras del estudio de danza nerviosas de aquí para allá dando órdenes a los de iluminación, musicalización y también a los camarógrafos.

Luego de unos minutos, mientras la gente seguían ubicándose en sus lugares, se pudo ver a un par de fieles alumnas de la academia detrás del telón pispiando nerviosamente hacia los asientos, tal vez tratando de localizar a sus padres o simplemente intrigadas por cuanta gente había concurrido al baile.

Tras la orden del musicalizador, que disponía de un micrófono, las luces se apagaron dando lugar a un discurso realizado por la dueña de la academia de danza, Paulina Kucic, quien ofreció una charla emotiva contando el sacrificio que representaba llevar adelante semejante montaje, también alago a sus alumnas y agradeció a las familias de ellas por el apoyo y se despidió contando algunas anécdotas de los ensayos muy divertidas que hizo reír a todo el salón.

El telón se abrió y magníficamente cada una de las chicas llevaba atuendos personalizados de acuerdo al personaje que encarnaban. Alegres, simpáticas, extrovertidas y sexys bailaron sin paran con profesionalismo, dedicación y amor por la danza; cambiando de atuendo ritmo tras ritmo donde un cantante hacía tiempo deleitando al público con su voz.


Con cada performance dejaban al público con la boca abierta. Sus piernas largas, la confianza en el escenario y las esplendidas coreografías parecían propias de un espectáculo de calle Corrientes en Buenos Aires.

Paulina Kucic y sus alumnas en el baile de cierre.

El show duro aproximadamente tres horas. En el último número la dueña, profesora y coreógrafa del espectáculo, brindó un baile con sus alumnas más privilegiadas. El teatro entero aplaudió de pie semejante talento, todas lo merecían. Había salido todo de acuerdo a las expectativas de los encargados de la organización, y los espectadores disfrutaron de bailes increíbles y buena música. Seguramente la ciudad iba a comentar de esto por semanas.


Antes de que las profesoras den unas tiernas palabras de agradecimiento a la gente, las alumnas más grandes aparecieron en el escenario con ramos de flores para ellas y la situación se tornó emotiva para todos.



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