lunes, 27 de octubre de 2014

Volver a vivir

Por: Giuliana Busso 
La revancha por los dieciseisavos de final de la Copa Sudamericana entre Boca y Central, se disputó en La Bombera y dejó al equipó local clasificado para la siguiente ronda

Los partidos de la Copa Total Sudamericana son especiales, se juegan y se viven con mayor intensidad que otras competencias y más aún cuando los rivales pertenecen al mismo país.
En la cálida noche del jueves 18 de septiembre y tras haber empatado en 1 en el Gigante de Arroyito, Boca Juniors y RosarioCentral se jugaban la clasificación a octavos de final del torneo continental.
La Bombonera, repleta, albergaba únicamente a la parcialidad local, y, como siempre, tuvo a La 12 llevándose toda la atención del resto de los espectadores y haciendo más amena la espera del partido. Al ritmo de un “Boca mi buen amigo” los jugadores salieron al campo aplaudidos y ovacionados por la hinchada. Por el contrario, el equipo visitante sólo oyó montones de silbidos y abucheos.


Diego Abal anunció el comienzo del encuentro, que tuvo al equipo xeneize como principal protagonista. Con una actuación magnífica de Fernando Gago, Marcelo Meli y Jonathan Calleri, más la potencia goleadora y decisiva de Andrés Chávez, el conjunto dirigido por Rodolfo Arruabarrena fue ampliamente superior al equipo rosarino, a quien venció por tres tantos contra cero. Los dos primeros goles fueron convertidos por “el comandante Chávez” mientras que el chileno Fuenzalida se encargó de cerrar el marcador.


De cara a un nuevo Superclásico, este triunfo aumenta la autoestima de los dirigidos por el Vasco, quienes, de a poco y después de una mala racha, se afianzan como grupo. “Estamos trabajando mucho para recobrar la confianza y llegar a obtener lo que este club merece”, afirmó el flamante D.T. en sus declaraciones posteriores al enfrentamiento con los de Miguel Angel Russo. 

El paso de un gran bailarín por Rosario

Con una gran expectativa entre las jóvenes alumnas del teatro El Círculo de Rosario, Hernan Piquín brindó un seminario de danza clásica el 12 de agosto de 2013 sobre las tablas de la sala principal.
Hernán Piquín, bailarín clásico, a minutos de dictar su seminario en Rosario


*Por María Victoria Rossi* Allí estaban ellas, las alumnas del Estudio de Comedias Musicales, con sus bolsos de danza preparados y las zapatillas de punta en sus manos, inquietas, expectantes. La atmósfera estaba imbuida de adrenalina, como si el mismísimo viento que corría por aquella esquina de Mendoza y Laprida en la que estaban sentadas esperando supiera de lo que se avecinaba. El gran Teatro El Círculo iba a ser testigo de uno de esos momentos que quedan guardados en la memoria de cualquier ser humano que se entrega a un hobbie con pasión: el primer seminario de danza clásica que Hernan Piquín brindaría en la localidad de Rosario.

La sala principal del teatro fue colmada por una mezcla de sensaciones provenientes de las aprendices: emoción, felicidad, alegría; todas intentaban mostrarse lo más relajadas posible; sus caras demostraban que, mientras se cambiaban para empezar la clase, repasaban coreografías en su memoria y buscaban aquel haz de concentración que les sirviera para poder mantener el equilibrio ante el primer relevélent. El gran bailarín clásico pisó el escenario quince minutos después de la hora pautada, con una sonrisa delicada que denotaba la tranquilidad propia de alguien que sabe hacer su trabajo a la perfección y lo disfruta con compromiso y entrega.

Las piernas de Piquín se movían solas al compás de la exquisita sinfonía clásica que sonaba, mientras que los 20 aprendices miraban embelesados, tratando de fijar los conocimientos e imitar los movimientos. Todo, desde sus indicaciones, pasando por las risas de una secuencia mal realizada, hasta las butacas vacías que cumplían el rol de espectadoras, tenía un tinte mágico especial.


Fueron dos horas de reloj intensas, que transcurrieron al son de acordes especialmente elegidos por Hernán, extraídos de la última obra de la que forma parte, Nazareno Cruz y el Lobo, producción del Estudio de Comedias Musicales que funciona en aquel teatro. Las jóvenes bailarinas quedaron fascinadas con la experiencia, así como el extraordinario bailarín reconocido a nivel mundial se mostró agradecido por la concurrencia y dejó abierta la posibilidad de un regreso, mucho más próximo de lo imaginable.  


Hernán en Nazareno Cruz y el Lobo, el Musical; en la ciudad de Rosario

Una joven promesa


Lorde se presentó por primera vez en la Argentina en el festival de música "Lollapalooza".

Por Bernardo López



El martes primero de Abril el festival de música "Lollapalooza", luego de pasar por Brasil, arribó a la Argentina y trajo consigo mas de 50 bandas en escena, tanto nacionales como internacionales

Con más de 70.000 personas que empezaron a disfrutar el festival ya haciendo la fila para entrar al gigantesco hipódromo de San Isidro, se logró ver una gran organización, y tanto adolescentes como familias lograron pasar dos días a pura diversión y música.

El primer día, aproximadamente a las tres de la tarde, la gente comenzó a llegar al primer escenario, que correspondía al estilo "alternativo", donde Lorde, una artista neozelandesa de 17 años de edad estaba por iniciar su recital. Logró que un gran número de espectadores vieran su show, pese a que en los demás escenarios tocaban bandas internacionales muy importantes como "Imagine Dragons"

El espectáculo duró aproximadamente una hora y media, al principio con algunas pequeñas fallas debido al fuerte viento, pero a pesar de esto, la joven cantante finalmente pudo realizar un repaso de su cd "Pure Heroine", mientras explicaba canción tras canción cual había sido su inspiración o que historia se escondía detrás de las letras.


El recital terminó con las canciones "Ribs" y "A world alone", dejando a la gente encantada por la fuerza que puso en todo momento. La artista saludó a todos los presentes, explicando que estaba muy nerviosa por ver las reacciones de un público totalmente nuevo para ella, y se despidió con la promesa de volver.




                                                   Lorde en pleno concierto





martes, 21 de octubre de 2014

Retomando los motivos

El cantautor español, Joaquín Sabina, regresó a esas “500 noches para una crisis”.

Por: Angelina Regis

Un domingo de aquellos, la ciudad rosarina se preparaba para recibir a Sabina, un español que lleva consigo el sentimiento argento.
El Metropolitano era el lugar de encuentro, la fecha: domingo 28 de septiembre. Fanáticos, otros no tanto, y quienes conocían de casualidad algún que otro tema serían partícipes, pero fuera cual fuese el motivo, miles de personas lo esperaban. Joaquín Sabina sería la figura de la noche.
“Lo nuestro duró” fue lo que desencadenó un sinfín de gritos y emoción… La presencia del español con su habitué vestimenta y sus imponentes músicos estaban inaugurando lo que pronto iba a ser una verdadera fiesta.
El cantautor gallego volvió a salir de gira con el disco “19 días y 500 noches” bajo el tour "500 noches para una crisis".

Las  confesiones del autor y los relatos de sus amores, más bien de sus desamores y esas mezclas de ritmos y poesía con la tonadita particular fueron el alma del recital. Sabina un poco de allá y otro poco de acá hizo un recorrido por todo aquel 1999, año de la publicación del álbum, ese álbum que encierra las letras más íntimas y autobiográficas de la carrera del cantante. Su peculiar estilo fue sin duda una invitación para enamorarse, desenamorarse y volverse a enamorar.

El cantautor junto a su guitarrista Pancho Varona.
El recuerdo  continúa vivo, el público firme y un país que lo recibe con los brazos abiertos son la señal de que para Joaquín Sabina nunca dejarán de sobrar los motivos, porque siempre habrá más de cien…

Tan Biónica y la Ciudad Mágica


*Por María Christou* Superando ampliamente la capacidad del lugar Tan Biónica se presentó el sábado 15 de Junio en Metropolitano.
El frío gélido de ese 15 de junio no sirvió de impedimento para que jóvenes de edades variadas se concentraran en Metropolitano a la espera de Tan Biónica. Eran las cinco de la tarde y ya empezaban a llegar los primeros fanáticos algunos con remeras alusivas, otros con vinchas y carteles pero todos con una expectativa y una ansiedad que crecía minuto a minuto.
Las horas parecían interminables y cada vez eran más los que, con sus caras extasiadas,  aclamaban por la banda liderada por “Chano”. Pero cerca de las ocho recomenzaron los cantos  cuando se abrieron las puertas del salón que permitió el ingreso de la multitud que se ahogaba en gritos y saltos.
Luego de algo más de una hora de espera comenzaron a sonar los acordes de Mi vida secreta que hicieron a la audiencia estallar de alegría; sonaba Ciudad Mágica y Chano y su séquito parecían haberse sumado a la fiesta que hacía el público con cada palabra que ellos pronunciaban. El piberío biónico, como ellos llaman a los fans, se mostraba con el correr de las canciones cada vez más entusiasmado y en ningún momento renunciaban a la sonrisa en su rostro. Sin embargo, fue con La Melodía de Dios que la gente no hizo más que cantar desaforadamente al ritmo de sus ídolos.
Tan Biónica se despedía pasadas dos horas del comienzo del show y después de repasar por completo el nuevo disco llamado “Destinología” y de tocar algunos temas memorables del grupo como: Loca, Pétalos, Arruinarse, La suerte está echada y La comunidad. Los fans que se retiraban lentamente quedaron con la felicidad propia de una noche soñada y con el deseo de reencontrarse pronto con su banda preferida que, durante el show, prometió volver pronto a la Mágica Ciudad de Rosario.
Tan Biónica y sus fans en Metropolitano.

lunes, 20 de octubre de 2014

Una tarde para el recuerdo

Por Federico Therán 

Con más de 80000 personas presentes y un clima de película, Ariel Ortega tuvo la despedida que merecía con la camiseta de River en el Estadio Monumental.

El sábado 13 de Julio de 2013 fue una jornada histórica. No era un día cualquiera, no se iba a alentar al Millonario como todos los domingos, se trataba de la despedida de“El Último Gran Ídolo”, Ariel Ortega. Los alrededores del estadio Antonio V. Liberti estaban abarrotados de hinchas con la ilusión de ver por última vez al Burrito con la camiseta de River. La fiesta riverplatense estaba en marcha, los miles de hinchas no cesaban de cantar y tomarse fotos, para tener un recuerdo físico de algo que quedará guardado por siempre en el corazón no sólo de los hinchas millonarios, sino también de aquellos que aprecian la clase de un jugador sin importar la camiseta. El Monumental se fue colmando, y como siempre, terminó por llenarse completamente. La expectativa crecía y la hinchada comenzó a cantar. Hasta que apareció en escena Sergio Goycochea, quién fue el conductor de la fiesta, anunciando que el partido estaba por comenzar. Los equipos consistían en figuras actuales y pasadas, que compartieron cancha con Ariel. Los técnicos eran el Tolo Gallego y Ramón Díaz. Dentro de la cancha había figuras como el Muñeco Gallardo, Juan Pablo Sorín, Enzo Francescoli, entre otros. El árbitro fue el cordobés Héctor Baldassi.
A las 17 hs se encendió la pantalla del estadio y comenzó uno de los momentos más emotivos de la jornada. Fue un video en el cual Ortega expresaba lo que significa River para él y su sentimiento para con el club. Y luego una cámara en vivo filmó a Ariel subiendo las escaleras y por fin se lo vio entrar a la cancha, por lo que estallaron los gritos de la gente. De los cuatro costados del estadio bajaba el clásico “Ortegaa, Ortegaa”.
El partido fue a modo de juego entre amigos. En el entretiempo se presentó la banda “La Mosca”. Ya unos pocos minutos del final, el hijo mayor de Ariel entra a la cancha. Ortega al parecer no lo esperaba y rompió en llantos. Pasadas dos horas del inicio del partido, la música Andrés Calamaro (gran amigo de Ortega) interrumpe el juego y marca el final. La familia completa del Burrito entró ala cancha a saludarlo y comenzó la clásica vuelta olímpica, para bañarse del cariño y los aplausos de su gente.

Ariel Ortega agradeciendo a la gente junto a sus hijos.



Disfrutar de la magia de Ariel.