Los violentos son un clásico

 La gran final entre Boca Juniors y River Plate quedo suspendida por incidentes previos al partido que se debía jugar en el monumental.

 En la mañana del domingo del 24 de noviembre, algunos se levantaron nerviosos, otros salieron la noche anterior para calmar ansiedad, algunos no pudieron dormir debido a los nervios. La televisión anunciaba la final del mundo, la segunda etapa de un partido histórico que había empezado una semana anterior en la bombonera y había cerrado los primeros noventa  minutos en un  dos a dos que dejo aún más en suspenso el evento.

Micro de boca siendo apedreado foto: Rosarioplus.com

Cada cosa que pasaba, los diferentes canales lo contaban con un sentimiento de euforia de estar presenciando ese momento, mostraban cábalas, opiniones de los espectadores y una cobertura muy amplia para mostrarle al mundo como se viven las horas previas a un clásico en nuestro país.

La emoción y la ansiedad se adueñaban totalmente de todo el cuerpo, las cabalas se cumplían a rajatabla. La televisión anunciaba que partía el micro de Boca hacia el estadio de River, lo que claramente mostraba que era cuestión de minutos para el arranque del encuentro.

 Una gran caravana de efectivos de la policía acompañaba al colectivo, no sé en qué momento se confundió a la pasión con la violencia, pero a tan solo cuadras del estadio un grupo de violentos  apedrearon al plantel xeneixe que se trasladaba al monumental, a tal punto que las lesiones y los destrozos impidieron que el partido se juegue.

Ya no volverá esa misma ansiedad, la esperanza o los nervios  previos, la confianza de los jugadores de ir a disputar un encuentro tranquilos, arruinaron una fiesta para el mundo, ya no será el mismo partido, los violentos son un clásico y como consecuencia la final se jugara en España quitando la posibilidad a muchos verdaderos hinchas de ir a ver la superfinal.

Fuentes:
Rosarioplus.

Diario La Marca.

Créditos: Alejo Rossi