martes, 13 de octubre de 2020

La lepra rescató un punto en el infierno de Sarandí.

En los momentos previos del partido nos encontrábamos con dos equipos que llegaban a enfrentarse entre sí pero con intenciones muy distintas. Arsenal por un lado, con grandes aspiraciones, en caso de ganar alcanzaría la punta del campeonato. Newell´s, todo lo contrario, buscando los 3 puntos para poder despegarse de la zona de descenso. Era 25 de enero, a las dos de la tarde y el calor azotaba a la ciudad de Buenos Aires, una fecha rara para que se dispute el torneo. El estadio del local, que lleva el nombre de Julio Humberto Grondona, tiene su estructura basada en cemento. Su función, más que sostener las tribunas parecía ser absorber e irradiar el calor del Sol, dejando un aire denso y difícil de respirar. La cancha del “viaducto” comenzaba a tomar color, aunque la asistencia no fue mucha debido a los 40 grados en un estadio que no tiene tribunas techadas para que den sombra. Mientras tanto, los que peor la venían pasando eran los periodistas, cuyas transmisiones habían empezado dos horas antes del partido para hacer “la previa”, en cabinas que estaban en muy malas condiciones, no tienen ventanas que se puedan abrir y el techo es de chapa, ni hablar de la inexistencia de un aire acondicionado. Para entender el calor basta con decir que se estaba mejor en la tribuna de cemento al rayo del Sol que en la misma cabina a la sombra. Una vez iniciado el partido Arsenal se mostró mucho mejor con la pelota, siendo superior a el conjunto de Frank Kudelka. Un estupendo gol le dio a Arsenal la delantera en el marcador. Sobre los 24 minutos, Giménez abrió la pelota para la entrada de Fernando Torrent, que sacó un potente disparo al primer palo, inatajable para el arquero Alan Aguerre. Con justicia, los del Viaducto lograban el 1-0. El empate de Newell’s no tardó en llegar. A los 41’, Maxi Rodríguez quiso meterse al área y la pelota pegó en la mano de un defensor, por lo que el árbitro cobró penal y la Fiera lo cambió por gol.

Finalmente el partido cerró con un empate que no le sirvió a ninguno. En dos momentos el partido se debió detener el juego para que los jugadores descansen y puedan hidratarse. Muchos preguntaban, molestos por el calor, hasta qué punto es bueno jugar en esa época del año. Normalmente los torneos nacionales arrancaban en febrero o marzo pero desde que la AFA empezó a cambiar año tras año el formato de la competencia empiezan a aparecer estas situaciones, de forzar las fechas, los horarios, los días y la cantidad de partidos.
Crédito: Juan Giglioni.

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