lunes, 24 de octubre de 2011

El equipo neozelandés de festejo


Sofía Catera

Los All Blacks vencieron a Francia y son los nuevos campeones del mundo.

Pasó los que muchos preveían: al igual que en 1987, Nueva Zelanda derrotó a Francia en la final del Mundial de Rugby 2011 en el Estadio de Eden Park de Auckland, gracias a un triunfo ajustado por 8-7.

La historia se repite 24 años después, los neozelandeses conquistaron el segundo título mundial en su propia casa, con la diferencia que no fue tan fácil como en aquella ocasión (29-9), pero pudieron ponerle fin a largos años de decepciones. De esta manera, los All Blacks, igualan con dos títulos a Australia (1991-1999) y Sudáfrica (1995-2007).

Antes de comenzar con el partido, los All Blacks realizaron su típico ritual, el Haka. Los franceses entrelazaron sus manos, formando la V de la victoria, y fueron avanzando hasta los 10 metros de límite protocolar permitido generando una gran tensión.

Los locales, sin duda fueron la promesa de esta Copa Mundial que se disputó ante 60000 espectadores que coparon el estadio. Todo empezó con los hombres de negro tomando la iniciativa pero llegaron al minuto 40 con tan solo una diferencia de 5-0. Piri Weepu, nominado a mejor jugador del año por IRB, no tuvo una buena noche y erró la primera conversión que podía marcar una mayor diferencia y no solo eso, sino que tampoco pudo acertar dos penales que le fueron a su favor.

El papel de Francia a lo largo de la copa fue complicado, mientras Nueva Zelanda ganó todos los partidos, los franceses llegaron a la final con dos derrotas en la etapa clasificatoria, ante Tonga y justamente, los All Blacks. Finalizado el primer tiempo, los azules se quedaron sin su apertura, Morgan Parra y los rivales también perdieron por lesión a Aaron Cruden, el tercer apertura lesionado en el equipo.

El comenzar los segundos 40 minutos, los galos, que no habían tenido casi la posesión de la pelota en el primer tiempo, tuvieron mayor juego de la misma y, gracias a un error de Weepu, nació el primer try de los franceses, donde su capitán, Thierry Dusautoir apoyó la pelota detrás de la línea. Así, empezaron a penetrar más, mientras que el equipo local planteaba su mejor defensa sin dejar ningún espacio para un segundo try de sus rivales.

Finalmente, llegó el pitazo final a los 80 minutos donde Richie McCaw, el capitán de los All Blacks, expresó su felicidad y dijo: “Es difícil de describir lo que siento. El coraje que pusieron los chicos fue más grande que nunca. Estuvimos bajo máxima presión al final, pusimos todas nuestras armas y lo conseguimos”. Nueva Zelanda aprovechó la localía y corroboró lo que tantos imaginaban: los All Blacks, son los nuevos campeones de la Copa del Mundo.

http://www.ole.com.ar/

http://espndeportes.espn.go.com/?cc=7586

http://www.cope.es


No hay comentarios:

Publicar un comentario