martes, 5 de noviembre de 2013

La marcha del silencio.

Camila Godoy

Los familiares y amigos de las victimas reclaman justicia.

El día está soleado pero llueve en el corazón de las miles de personas que se movilizan en silencio, por la explosión de calle salta y oroño en la ciudad de Rosario.
En silencio, con lágrimas en los ojos, erizando la piel de algunos espectadores, cortando el tránsito, sin protestar a los gritos, ellos solo quieren que se haga justicia.
Veintiún familias quedaron destrozadas, veintiún familias marchando, veintiún esperas telefónicas, veintiún habitaciones vacías. 
 Cerca de las 18.30 comenzó la ceremonia en la esquina de bulevar Oroño y Salta, a 50 metros del edificio siniestrado. Con profundo pesar, los familiares de las víctimas depositaron en el piso 21 velas encendidas.
Pasadas las 20, el padre de Santiago Laguía, uno de los jóvenes fallecidos, pidió aguardar 15 minutos a que terminara una misa en memoria de las víctimas fatales. Encabezada con una bandera argentina de seis metros aproximadamente  con la leyenda "Justicia, basta de víctimas inocentes", la marcha se extendió a lo largo de tres cuadras por las calles del centro de Rosario.
El silencio que acompañó a los manifestantes que sólo se rompió cuando desde un parlante el familiar de alguna de las víctimas fatales mencionó los nombres de los 21 muertos, cada uno acompañado por el grito de "presente".
Al llegar a la sede de Litoral Gas, la empresa prestadora del servicio de gas natural en Rosario involucrada en el caso por la fuga de gas que produjo la explosión, los familiares de las víctimas colocaron los carteles con los rostros de sus seres queridos en la puerta de ingreso al edificio. También dejaron en  San Lorenzo y Mitre, en pleno centro de Rosario, la bandera con pedido de "justicia" para las víctimas y los sobrevivientes.
Esta marcha, no solo tuvo repercusión en las familias de las víctimas, sino también, amigos, conocidos, y muchas personas que se apenaban por la catástrofe.
Las calles parecían de ellos, las personas que pasaban parecían escuchar el silencio en medio de la gran ruidosa ciudad.
Los organizadores de la marcha, entre los que se encuentran familiares de las víctimas, damnificados y ciudadanos rosarinos, aclararon que quieren que esta vez no sea sólo para pedir justicia por la negligencia que causó la tremenda explosión, sino que abarque a las provocadas por las tragedias de Once y de Cromañón, la inundación en La Plata, la violencia de género y la inseguridad.
La convocatoria se realizó sobre todo a través de las redes sociales. Con frases como "Te puede pasar a vos", "Marcha todos por todos", "Con respeto, con velas, con pancartas" y "Todos por todos" se llamó a ciudadanos a unirse en un reclamo popular.
Cuando los familiares, amigos, y conocidos de las victimas llegaron a Litoral gas (lugar donde concluía la marcha) además de prender velas, colgar la bandera y las fotos de los fallecidos, repitieron otra vez los nombres de cada uno de ellos, y esta vez con un tono más desgarrador quizás.
La tía de la nena fallecida con síndrome de Down, dijo “no cabe en la cabeza de nadie que una empresa destruya un edificio entero por un error que podría haber sido remediado en su momento, o peor aún, con una familia”.
Este tipo de marchas se repitieron varias veces desde el 22 de agosto. Para pedir justicia, cosa que todavía, no se cumple.

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