viernes, 22 de noviembre de 2013

Sudamericano de equitación en Rosario

Por Julia Merlo 

400 competidores llegaron a Argentina para la clasificación del mundial de equitación. El Jockey Club de Rosario fue la sede de la competencia


Campeona argentina categoría junior. ph by  Roxana Fernandez

Galopes, relinchos, pruebas de sonido y diferentes idiomas, eran los sonidos que abordaban en la magnitud del Jockey Club de Rosario. Más de 400 caballos con sus respectivos jinetes y amazonas, de diferentes puntos de Sudamérica y Estados Unidos, estaban ansiosos por recorrer las pistas y enfrentar sus obstáculos.
Un cielo diáfano pero temperaturas bajas, sombreros, gorras, y tapados predominaban en las vestimentas.
Cada concursante con su destacado uniforme de botas altas oscuras, breech claro, camisa blanca, casco y blazer. Los blazers variaban en colores por nacionalidades, así como el verde era de Brasil y el rojo de Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay llevaban el azul con diferentes bordados para distinguirse.
Sin retraso se dio comienzo a la jornada de competencia. A las 9 de la mañana, los primeros participantes iniciaron las pruebas.
Niños y niñas desde 8 a 21 años compitiendo sin descansar, prueba tras prueba, montando con elegancia y siempre la cabeza en alto.
Pasado el mediodía un desfile de inauguración se llevó a cabo, 10 delegaciones ordenadas alfabéticamente, y con Argentina en el cierre, circunvalaron la pisa de césped para posicionarse finalmente frente al palco, el himno nacional, la suelta de palomas y un tenor fueron parte del show, el cual concluyó con la retirada de las delegaciones, nuevamente desfilando, con música que los representara, para darle espacio a los caballos Frisones que montaron el show del Zorro.
Minutos más tarde hubo un descanso para los organizadores, participantes, caballos, caballerizos y familiares. Tres sectores, ubicados estratégicamente, al alcance de todos, se colmaron en un instante.
Caballerizos y organizadores almorzaban en las caballerizas, participantes y familiares en la carpa principal o los stands de comida.
A las 14 se reanudó la competencia. Tanto la ante pista de césped, como la de arena estaban completas de ansiosos jóvenes por retomar las pruebas.
Y así, a las 14.15 se permitió el ingreso de jinetes y amazonas, junto a sus entrenadores, a las pistas para el reconocimiento del circuito y los obstáculos.
Caras de concentración y nervios, palabras de aliento e instrucciones,  ansiedad por que empiece y por que finalice.
Al cabo de 15 minutos el primer competidor estaba listo sobre su caballo, a la espera de su nombre para saludar a los jurados y comenzar.
Prueba difícil, la más compleja de todas, 1.40 metros en la de césped, jinetes todos, de 20 y 21 años, con caballos elegantes, arreglados y con detalles en sus colas.
- 4, -8, -12 decía el jurado hasta que un brasilero, seguido por un argentino, rompieron la racha de palos caídos y salieron victoriosos.
Golpecitos en forma de caricias a sus caballos, felicitándolos con terrones de azúcar y zanahoria, por su excelente desempeño y ellos, portando orgullosos sus bandas de ganadores en primer y segundo puesto respectivamente.

17.30 fue el último salto. Acto seguido dos caballos, uno marrón brilloso y el otro blanco con manchas negras, ingresaron a la pista para ser mostrados al público. A las 18 fueron rematados.


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