lunes, 11 de noviembre de 2013

La Vela Puerca y una noche de atar.

Josefina Nioi

En lo que resta del año, la banda se prepara para una nueva gira por Brasil y Chile, gran Buenos Aires y el interior del país.

En pleno ritual, La Vela Puerca llena de agua el redoblante salpicando al público. Créditos: Planeta Velero.
 
La noche del sábado 9 de noviembre, miles de fanáticos se encontraban expectantes en la puerta del Anfiteatro Municipal en la ciudad de Rosario. Dos horas antes a puros cánticos, con la emoción de quién espera a su banda preferida. La última vez que La Vela Puerca se presentó frente al público rosarino fue en el recital solidario para los damnificados de la tragedia de Salta 2141, que si bien el repertorio de temas fue acotado, contó como oportunidad para disfrutar de los uruguayos. Un público en su mayoría joven y enérgico, que de a poco iban copando el predio con banderas y trapos, fieles no sólo de “La Vela” sino también de los teloneros Efecto Tyndall y Vendetta –directo desde España-. La calavera característica de la banda y las frases más predilectas de las canciones fueron los elegidos para simbolizar el evento.

Programado para las 21, los rosarinos de Efecto Tyndall arrancaron con algunos temas para entretener a la multitud. Vendetta, banda amiga de La Vela Puerca, siguió con su ska pegadizo animando a todo el auditorio con “Time for freedom”. La euforia era inevitable, y cada vez se hacía oír más el clásico “Vamos La Vela de mi corazón”.

A las 23 llegó el momento esperado por todos, el verdadero show de la noche. El Enano y compañía eligieron temas del disco “Piel y Hueso” para dar comienzo a un seguidilla que no tendría descanso. “Sobre la sien”, “Y así vivir”, siguiendo con otros viejos como “Colabore” y “Haciéndose pasar por luz”, el público exaltado gritaba y cantaba como quien sabe la canción de principio a final. Los artistas saludaron a la gente y no dejaron pasar una frase que les habían dedicado en la última presentación: “Ésta es tu casa, podes volver nos dijeron la última vez, así que acá estamos”. Y así fue. Siguiendo con un Sebastián Teysera –apodado El Enano- que dejó su guitarra y se soltó aún más, el público se entretuvo con las típicas bromas y bailes entre Cebolla y El Enano en temas como “Todo el karma”, “La Teoría”, “Se despierta” y “Polidoro”. Infaltables fueron los clásicos, justo en el momento en que el público los pedía el grupo entonó “Zafar” pero, como acostumbran generalmente, dejaron de tocar y se sentaron a escuchar como cantaba el auditorio
 
“Pasaje Salvo” fue su última producción, un disco que contiene sólo tres temas y que fue lanzado por Internet, el líder lo describió como un atajo para llegar a donde siempre buscamos ir con las canciones y que valga la salvedad. “Como ese boxeador quiere pelear, como ese corredor quiere llegar”, Teysera dio inicio así a “De amar”, una de las canciones del mini disco. Luego, se invitó al escenario a Andrés "McGregor" Bentancourt, quien se hizo cargo de la gaita en "Los reyes de los buzones" vestido con traje escocés y boina. Le siguieron "La sin razón" y "Dice" para volver a llamar a escena a otro invitado que Cebolla presentó como: “El hombre más querido de Uruguay después de Pepe Mujica”. Era Manuel Ferreiro. Junto con Sebastián “Cebolla” Cebreiro, un showman entretuvo al público con bailes, piruetas, y un vestuario particularmente cómico, y le pusieron voz a “Pedro” y “Común cangrejo”, dos clásicos. En “Mi semilla” la gente se sentó y cantó a capella con El Enano, quién también estaba sentado en el borde del escenario. Así comenzó la última parte del show, plagada de los clásicos de siempre: “Va a escampar”, “El ojo moro” y “De tal palo”. En esta última se pudo ver el ritual que tiene la banda con su público en donde llenan de agua el redoblante y salpican todo el escenario. Esta vez tuvo la particularidad de que también hubo cerveza de por medio. Luego, en una vibrante versión de  "Vuelan Palos" junto a Vendetta, la gente cantaba sin parar el coro: “Vamos, vamos la vela de mi corazón”.

Ya cerrando el show, "Potosí", "Llenos de magia" y "Por la ciudad" movilizaron al público con el tradicional pogo. Teysera y una versión melancólica de “Para no verme más”, en compañía de su guitarra y una trompeta, sonaron en el mismo instante en que la lluvia de un sábado tormentoso comenzaba a mojar al Anfiteatro, marco que le puso el broche de oro a este gran show al son de "El profeta", con el que se irían despidiendo de Rosario y sus incondicionales fanáticos.
 
 

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